viernes, 11 de noviembre de 2011

MARÍA MAGDALENA, COMPAÑERA DE JESÚS


Siempre hemos creído que María Magdalena era algo así como una prostituta arrepentida. Nada más lejos. Esta mala fama se la debemos al Papa San Gregorio, que en el año 591 dió un sermón en el cual dijo que creía que María de Betania era la Magdalena, de quien siete demonios fueron expulsados, según Marcos.

En un mundo tan machista, una mujer no estaba bien visto que fuera un apóstol, y no solo eso sino que además, parece ser que era el apóstol "bien amado" de Jesús", y que posiblemente por miedo, adoptó el alias de  "Juan".
Téngase en cuenta que es muy dudoso que el evangelio de San Juan lo escribiera él mismo.
Podemos leer en Wikipedia:
"Existe la posibilidad de que fuera fruto de la comunidad fundada alrededor de uno de los discípulos de Jesús, llamado en el evangelio el discípulo a quien Jesús amaba, seguramente la de Ëfeso".
Leonardo da Vinci y su última cena. Quiso dejar para la posteridad su versión. A la  derecha de Jesús  (izquierda  según se mira) representó a una mujer. ¿María Magdalena o Juan?

La figura de María Magdalena ha sido siempre polémica, puesto que se le ha relacionado como la compañera de Jesús. 
Incluso existe una leyenda que asegura que María Magdalena huyó de la Tierra Santa ocupada por los romanos, y que se embarcó junto a José de Arimetea rumbo a Francia, desembarcando cerca de la actual Arlés, llegando incluso a predicar en toda la región de la Provenza,  las enseñanzas de su "esposo" y maestro, Jesús, y que durante 30 años, estuvo viviendo en una cueva cerca de la actual Marsella.
Incluso se dice que los reyes merovingios eran descendientes de un hijo de Jesús y María Magdalena.
Está sepultada según esta tradición, en un lugar del sur de Francia, conocido como St. Maximin.


Las citas de la Magdalena en los Evangelios, considerados verídicos por la iglesia católica, nos hablan de una mujer muy vinculada a Jesús, y es una de las tres Marías.


Tumba de María Magdalena en San Maximin (Francia)

Según  el Evangelio de San Juan, capítulo 20:
20,1 El primer día de la semana va María Magdalena de madrugada al sepulcro cuando todavía estaba oscuro, y ve la piedra quitada del sepulcro.
20,2 Echa a correr y llega donde Simón Pedro y donde el otro discípulo a quien Jesús quería y les dice: Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde le han puesto.
20,3 Salieron Pedro y el otro discípulo, y se encaminaron al sepulcro.
20,4 Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió por delante más rápido que Pedro, y llegó primero al sepulcro.
20,5 Se inclinó y vio las vendas en el suelo; pero no entró.
20,6 Llega también Simón Pedro siguiéndole, entra en el sepulcro y ve las vendas en el suelo,
20,7 y el sudario que cubrió su cabeza, no junto a las vendas, sino plegado en un lugar aparte.
20,8 Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado el primero al sepulcro; vio y creyó,
20,9 pues hasta entonces no habían comprendido que según la Escritura Jesús debía resucitar de entre los muertos.
20,10 Los discípulos, entonces, volvieron a casa.
20,11 Estaba María junto al sepulcro fuera llorando. Y mientras lloraba se inclinó hacia el sepulcro,
20,12 y ve dos ángeles de blanco, sentados donde había estado el cuerpo de Jesús, uno a la cabecera y otro a los pies.
20,13 Dícenle ellos: Mujer, ¿por qué lloras? Ella les respondió: Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde le han puesto.
20,14 Dicho esto, se volvió y vio a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús.
20,15 Le dice Jesús: Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas? Ella, pensando que era el encargado del huerto, le dice: Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo me lo llevaré.
20,16 Jesús le dice: María. Ella se vuelve y le dice en hebreo: Rabbuní que quiere decir: Maestro .
20,17 Dícele Jesús: No me toques, que todavía no he subido al Padre. Pero vete donde mis hermanos y diles: Subo a mi Padre y vuestro Padre, a mi Dios y vuestro Dios.
20,18 Fue María Magdalena y dijo a los discípulos que había visto al Señor y que había dicho estas palabras.
20,19 Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, estando cerradas, por miedo a los judíos, las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: La paz con vosotros.




Se desprende de estas palabras del Maestro, que María era una persona muy allegada a Él.
Si no,¿ porqué esa importancia en mostrar a María Magdalena como la primera persona que vio a Jesús resucitado?. ¿Porque no Pedro, por ejemplo?

María Magdalena es mencionada por Lucas, Capítulo 8:
8,1 Y sucedió a continuación que iba por ciudades y pueblos, proclamando y anunciando la Buena Nueva del Reino de Dios; le acompañaban los Doce,
8,2 y algunas mujeres que habían sido curadas de espíritus malignos y enfermedades: María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios,
8,3 Juana, mujer de Cusa, un administrador de Herodes, Susana y otras muchas que les servían con sus bienes.


Vamos viendo, además, que Jesús y sus discípulos, no trabajaban, sino que eran estas mujeres influyentes que los mantenían.

Según Marcos capítulo 15:
15,40 Había también unas mujeres mirando desde lejos, entre ellas, María Magdalena, María la madre de Santiago el menor y de Joset, y Salomé,
(Por cierto, María, la madre de Santiago el menor y de Joset, se supone que era la madre de Jesús ¿me equivoco?)
Continuemos:
15,41 que le seguían y le servían cuando estaba en Galilea, y otras muchas que habían subido con él a Jerusalén.
15,42 Y ya al atardecer, como era la Preparación, es decir, la víspera del sábado,
15,43 vino José de Arimatea, miembro respetable del Consejo, que esperaba también el Reino de Dios, y tuvo la valentía de entrar donde Pilato y pedirle el cuerpo de Jesús.
15,44 Se extraño Pilato de que ya estuviese muerto y, llamando al centurión, le preguntó si había muerto hacía tiempo.
15,45 Informado por el centurión, concedió el cuerpo a José,
15,46 quien, comprando una sábana, lo descolgó de la cruz, lo envolvió en la sábana y lo puso en un sepulcro que estaba excavado en roca; luego, hizo rodar una piedra sobre la entrada del sepulcro.
15,47 María Magdalena y María la de Joset se fijaban dónde era puesto.
16,1 Pasado el sábado, María Magdalena, María la de Santiago y Salomé compraron aromas para ir a embalsamarle.
16,2 Y muy de madrugada, el primer día de la semana, a la salida del sol, van al sepulcro.
16,3 Se decían unas otras: ¿Quién nos retirará la piedra de la puerta del sepulcro?
16,4 Y levantando los ojos ven que la piedra estaba ya retirada; y eso que era muy grande.
16,5 Y entrando en el sepulcro vieron a un joven sentado en el lado derecho, vestido con una túnica blanca, y se asustaron.
16,6 Pero él les dice: No os asustéis. Buscáis a Jesús de Nazaret, el Crucificado; ha resucitado, no está aquí. Ved el lugar donde le pusieron.
16,7 Pero id a decir a sus discípulos y a Pedro que irá delante de vosotros a Galilea; allí le veréis, como os dijo.
16,8 Ellas salieron huyendo del sepulcro, pues un gran temblor y espanto se había apoderado de ellas, y no dijeron nada a nadie porque tenían miedo...



Veamos a Mateo en las citas sobre María Magdalena:
27,55 Había allí muchas mujeres mirando desde lejos, aquellas que habían seguido a Jesús desde Galilea para servirle.
27,56 Entre ellas estaban María Magdalena, María la madre de Santiago y de José, y la madre de los hijos de Zebedeo.
27,57 Al atardecer, vino un hombre rico de Arimatea, llamado José, que se había hecho también discípulo de Jesús.
27,58 Se presentó a Pilato y pidió el cuerpo de Jesús. Entonces Pilato dio orden de que se le entregase.
27,59 José tomó el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia
27,60 y lo puso en su sepulcro nuevo que había hecho excavar en la roca; luego, hizo rodar una gran piedra hasta la entrada del sepulcro y se fue.

27,61 Estaban allí María Magdalena y la otra María, sentadas frente al sepulcro.
28,1 Pasado el sábado, al alborear el primer día de la semana, María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro.
28,2 De pronto se produjo un gran terremoto, pues el Angel del Señor bajó del cielo y, acercándose, hizo rodar la piedra y se sentó encima de ella.
28,3 Su aspecto era como el relámpago y su vestido blanco como la nieve.
28,4 Los guardias, atemorizados ante él, se pusieron a temblar y se quedaron como muertos.
28,5 El Angel se dirigió a las mujeres y les dijo: Vosotras no temáis, pues sé que buscáis a Jesús, el Crucificado;
28,6 no está aquí, ha resucitado, como lo había dicho. Venid, ved el lugar donde estaba.
28,7 Y ahora id enseguida a decir a sus discípulos: "Ha resucitado de entre los muertos e irá delante de vosotros a Galilea; allí le veréis." Ya os lo he dicho.
28,8 Ellas partieron a toda prisa del sepulcro, con miedo y gran gozo, y corrieron a dar la noticia a sus discípulos.
28,9 En esto, Jesús les salió al encuentro y les dijo: ¡Dios os guarde! Y ellas, acercándose, se asieron de sus pies y le adoraron.
28,10 Entonces les dice Jesús: No temáis. Id, avisad a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán.


¡Siempre María Magdalena presente en el momento más difícil de la vida del Maestro!

¿Y que nos dice Juan en su capítulo 19 ?
19,25 Junto a la cruz de Jesús estaban su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Clopás, y María Magdalena.
19,26 Jesús, viendo a su madre y junto a ella al discípulo a quien amaba, dice a su madre: Mujer, ahí tienes a tu hijo.
19,27 Luego dice al discípulo: Ahí tienes a tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa.


Leamos con mucha atención las palabras de Juan: "...viendo a su madre y junto a ella al discípulo a quien amaba..."
¡Pero si solo estaban según Juan, su madre, la hermana de su madre y María Magdalena! ¡Nos está diciendo claramente que María Magdalena era su discípulo bien amado!

Entre los evangelios considerados como apócrifos, está el de Felipe. En dicho evanglio se menciona a María Magdalena como la "Compañera " de Jesús. Compañera en copto (lengua en la que está escrito el original) quiere decir "esposa".

El evangelio de Felipe difiere de los evangelios del nuevo testamento en conceptos muy importantes.
Una de las aseveraciones de dicho evangelio y por cierto para haber sido escrito en el siglo III d.c. es muy atrevida puesto que asegura que María Magdalena era su "compañera", de lo que se deduce era su pareja sentimental, ya que la palabra "compañera" era usada en esos tiempos para designar a una esposa.
Tres caminaban continuamente con el Señor: su madre María, la hermana de ésta y Magdalena, a quien se designa como su compañera. 
María es, en efecto, su hermana, su madre y su compañera .
También hay una reflexión bastante atrevida:
Sugiere que Jesús no resucitó de la muerte, sino que tuvo una "resurección" anterior a su muerte:
"Los que dicen que el Señor primero murió y resucitó, se engañan; pues primero resucitó y luego murió. Si uno no consigue primero la resurrección, morirá; (tan verdad como que) Dios vive, éste [morirá]".

Cuadro de Tiziano. Jesús resucitado y María Magdalena


En el evangelio de Felipe, 55,  se puede leer:
“...la compañera (de Cristo es María) Magdalena. El [Señor] la amaba (a María) más que a (todos) los discípulos y la besó en la boca (repetidas veces). Los demás (...) le dijeron: ‘¿Por qué la quieres (más que) a nosotros?’ El Salvador respondió y les dijo: "¿A que se debe que no os quiera a vosotros tanto como a ella?” (Pp. 63-64; Biblioteca de Nag Hammadi, II 35).

También es curiosa esta cita de Felipe, 120:
"Hay un hijo del Hombre y un hijo del Hijo del hombre. El Señor es el Hijo del hombre, y el hijo del Hijo del hombre es aquel que fue hecho por el Hijo del hombre. El Hijo del hombre recibió de Dios la facultad de crear, él tiene también la de engendrar".

Si el Hijo del hombre es Jesús, el hijo del Hijo del hombre, ......pues da que pensar, no? ¿Sería realmente María Magdalena la madre del hijo del Hijo del hombre?

Sin Palabras.

Hay otra cita muy curiosa en el Evangelio de Tomás, 61:
61a -Jesús ha dicho: Dos descansarán en una cama, el uno morirá, el otro vivirá.
61b -Salomé dice: ¿Quien eres tu, hombre? Como mandado por alguien, te metiste en mi cama y comiste de mi mesa.
 Jesús le ha dicho: Soy quien viene de la igualdad. A mi me han dado de las cosas de mi padre.
 Salomé dice: Soy tu discípula.
 Jesús le dice: Por eso yo digo que cuando alguien iguale se llenará de luz, pero cuando divida se llenará de oscuridad.

Se desprende de esta cita de Tomás, que Jesús había tenido como compañera a Salomé, además de Magdalena.

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