jueves, 11 de noviembre de 2010

SÁBANA SANTA DE TURIN


























En la catedral de San Juan Bautista, Turín (Italia), se encuentra expuesta la Sábana Santa, también conocida como el Santo Sudario.
Es nada más ni nada menos que la imagen de un hombre crucificado que quedó grabada en el sudario con el cual fue envuelto después de morir. El hombre presenta las típicas lesiones de este cruel martirio, típico de la época de los romanos.
El sudario mide 4,36 x 1,13 m.

La Iglesia Católica nunca se ha manifestado sobre la veracidad del santo sudario, aunque Pio XII, en 1958, autorizó la devoción católica hacia el Santo Rostro de la Imagen de Jesús.

El Santo Sudario o Sábana Santa siempre ha sido motivo de investigación, tanto por parte de los más fervientes devotos de la fe cristiana, como por parte de los escépticos científicos que solo ven lo que los resultados de las pruebas les revelan.

Según referencia de Wikipedia:
"La imagen de la sábana se puede apreciar más claramente en negativo que en el color sepia original.
La imagen en negativo fue contemplada por primera vez en la noche del 28 de mayo de 1898, en el reverso de la placa fotográfica del fotógrafo amateur Secondo Pia, que estaba autorizado para fotografiarla mientras se exhibía en la Catedral de Turín.

En 1978 se llevó a cabo un estudio detallado por un grupo de científicos americanos llamado STURP. No encontraron pruebas fiables para afirmar que se trataba de una falsificación, y consideraron que la aparición de la imagen era todo "un misterio".

En 1988 se efectuó una prueba de datación por radiocarbono con pequeños fragmentos del sudario. Los laboratorios de la Universidad de Oxford y la Universidad de Arizona determinaron que la Sábana Santa data de la Edad Media, entre 1260 y 1390 (±10 años). con una fiabilidad del 95%, y que fue publicada en la revista científica Nature.
Para algunos, esta datación ha zanjado para siempre el asunto demostrando que el sudario es una falsificación del siglo XIV (aún pendiente de determinar cómo se realizó).


En 2005, el Dr. Ray Rogers, líder experto en químico del equipo original en ciencia del Sudario (STURP) y socio retirado del Laboratorio Científico de Los Álamos, refutó la prueba de carbono 14, al declarar que la muestra cortada del Sudario de Turín en 1988 habría sido tomada de un área del lienzo que habría sido retejida durante la Edad Media. En dicha área retejida se habría mezclado (de manera muy sutil - imperceptible a la vista-) algodón medieval con lino antiguo, comprometiendo de esta manera la prueba de datación.

Desde entonces, numerosos libros han presentado diversos argumentos tanto para demostrar su autenticidad como para explicar cómo fue falsificada la imagen.
Hasta el momento, la técnica con la que se impregnó el cuerpo visible en el Santo Sudario no ha podido ser explicada por la ciencia de manera concluyente. De modo que el sudario sigue siendo uno de los objetos más estudiados de la historia, además de ser uno de los más controvertidos."

Parece ser que existió durante los primeros siglos del cristianismo, veneración de más de 43 sudarios que cada uno de ellos se atribuía su veracidad sagrada. En ninguno de estos supuestos "verdaderos" sudarios se hace mención alguna del cuerpo, solo del rostro.

Seguimos leyendo en Wikipedia:
"Las antiguas Leyendas de Abgaro sitúan el lienzo en la ciudad de Edesa (650 km al norte de Jerusalén), durante el reino del rey Abgaro V (en el siglo I).
El antiguo historiador Eusebio (325) habla de esa leyenda, refiriendo a la “Imagen de Edesa” y relata que cuando el lienzo con la imagen fue llevado al rey por el discípulo Tadeo, el rey fue curado de su lepra. Evagrio (590) se refiere al lienzo como “acheiropoieta” -no hecho por manos humanas-. Los Actos del Santo Apóstol Tadeo (siglo VI) hablan de la “tetradiplon” (tela doblada en cuatro).
San Juan Damasceno, durante los debates iconoclastas del siglo VIII, llamó al Sudario como “himatión” o larga-tela. Los griegos bizantinos continúan hablando de la acheiropoieta: (imagen no hecha por manos humanas) y del “Mandylion” - o pequeña toalla.
Este era el Sudario doblado en cuatro mostrando sólo el rostro para su manejabilidad. Obras de arte posteriores (siglo X) muestran el Mandylion en las manos del emperador bizantino sosteniendo el área facial pero mostrando una extensa tela.

Se citan tres muestras principales de evidencia para identificarla con el sudario. Juan de Damasco menciona la imagen en su obra anti-iconoclasta Sobre las imágenes santas, describiéndola como una «cinta» o tela oblonga, en lugar de un cuadrado, como sostienen otras notificaciones de la tela de Edesa.

Volvamos a la cita de Wikipedia:
"Con motivo del traslado de la sábana a Constantinopla en 944, Gregorio Refendario, arcediano de la Hagia Sophia (Constantinopla), dio un sermón sobre el mismo. Dicho sermón se perdió, pero volvió a aparecer en los archivos del Vaticano, y en 2004 fue traducido por Mark Guscin.20
El sermón informa de que la tela de Edesa no contenía sólo la cara, sino una imagen de cuerpo entero, que se atribuía a Jesús. También menciona manchas de sangre de una herida en el costado. También han aparecido otros documentos en la Biblioteca del Vaticano y en la Universidad de Leiden que lo confirman. «Non tantum faciei figuram sed totius corporis figuram cernere poteris» (‘No sólo puede verse el contorno de una cara, sino también la figura completa de un cuerpo’)".

Salvo que se trate del Sudario de Turín, ya que a la imagen de Edesa también se le conocía como Tetradiplon que significa en griegodoblado cuatro veces, la Imagen de Edesa se halla en paradero desconocido desde el siglo XIII.

Continuemos con la información que nos proporciona Wikipedia:
"A veces se cita el Evangelio de San Juan como prueba de que la sábana es falsa, dado que en algunas traducciones se habla de «fajas», «lienzos», o «vendas» que cubren el cuerpo: «Tras él llegó Simón Pedro, que entró al sepulcro, y encontró en el suelo las vendas de lino [othonia]; y el sudario [sudarium] que había estado sobre su cabeza, no yacía junto a las vendas, sino que estaba recogido en un lugar aparte» (Jn 20:6-7). Según los partidarios del sudario, los «lienzos» o «vendas» serían la Sábana de Turín, mientras que el «sudario» sería el Sudario de Oviedo.
El Evangelio de San Juan dice también «Llegó Nicodemo.... y trajo una mezcla de mirra y áloe, como unas cien libras. Tomaron, pues, el cuerpo de Jesús, y lo envolvieron en lienzos y aromas, según la costumbre judía de sepultar» (Jn 19:39-40).
No se han encontrado rastros de especias en el sudario. Frederick Zugibe, inspector médico, informó que el cuerpo del hombre del sudario parecía haber sido lavado antes de envolverlo. Es raro que esto suceda después de la unción, por lo que algunos defensores sugieren que éste habría sido una prenda preliminar que fue reemplazada posteriormente para la unción, ya que debido al Sabbath no quedaba tiempo suficiente para ello.
Sin embargo, no hay pruebas palpables que respalden estas teorías. Otros han supuesto que las imágenes de pétalos detectadas por Danin podrían ser de hierbas que se habrían arrojado sin más sobre el cuerpo por la falta de tiempo de preparación que narra el Nuevo Testamento, con la llegada el domingo de las mujeres, supuestamente para completar los ritos de unción del cuerpo".

La Iglesia Católica, propietaria del sudario, no ha afirmado públicamente que se trate de la sábana mortuoria de Cristo, ni de que no se trate de un fraude. Esta cuestión se ha dejado a la decisión de cada uno. En 1998, el papa Juan Pablo II declaró que "puesto que no es una cuestión de fe, la Iglesia no debe interceder en estas lides. A los científicos corresponde la tarea de continuar investigando, para alcanzar respuestas adecuadas a las preguntas unidas a este sudario".
Él mismo mostró estar profundamente motivado por la imagen del sudario, organizando exhibiciones públicas en 1998 y 2000.


Como la imagen en sí es motivo de oración y meditación para muchos creyentes, es improbable que ni siquiera una prueba rotunda de que la imagen no procede del siglo I pudiera acabar con su devoción. La sábana se convertiría entonces en un símbolo de la crucifixión. El papa Juan Pablo II la llamó "el símbolo del sufrimiento de los inocentes de todos los tiempos".

La Casa de Saboya otorgó el Sudario a la Iglesia Católica en 1983. Algunos han comentado que, de demostrarse finalmente la igualdad entre el Sudario y la Imagen de Edesa, la Iglesia no tendría ninguna autoridad moral para retenerlo, y se vería obligada a devolvérselo al Patriarca Ecuménico, o alguna otra corporación Ortodoxa oriental, ya que, en ese caso, sería el mismo que fue robado a los Ortodoxos en algún momento de las Cruzadas. Algunos ortodoxos rusos opinan que con la caída de Constantinopla, el título de Emperador pasó a pertenecer a Rusia, lo que les otorgaría derechos preeminentes sobre el sudario".

Sudario de Oviedo
Extrañas conclusiones que dan que pensar.
"En la ciudad de Oviedo se guarda un pequeño paño de lino manchado de sangre, venerado como una de las prendas funerarias descritas en Juan 20:7. San Juan menciona un «sudario» (σουδαριον) que cubría la cabeza, y una «prenda de lino» o «vendajes» (οθονιον—othonion) cubriendo el cuerpo. Se cuenta que el sudario de Oviedo (conocido también por pañolón de Oviedo) fue la prenda que cubrió entonces la cabeza de Jesús.

En España, se puede constatar la existencia y estancia del pañolón en Oviedo desde el siglo VII. Su localización en fechas anteriores es más incierta, aunque algunos estudiosos lo sitúan en el Jerusalén del siglo I.

El análisis forense de las manchas de sangre en la sábana y pañolón llevan a creer que ambas prendas debieron cubrir la misma cabeza en momentos muy próximos. Siguiendo los patrones de las manchas, el hombre estaba en posición vertical cuando se colocó el pañolón sobre su cabeza, tal vez mientras colgaba de la cruz. Esta prenda se habría retirado posteriormente antes de extender la sábana.

Un estudio de 1999 por Mark Guscin , miembro del equipo de investigación polifacética del Centro Español de Sindología, investigó la relación entre ambas prendas. Basándose en la historia, patología forense, composición sanguínea (supuestamente de tipo AB, como la de la sábana) y patrones de las manchas, concluyó que ambas prendas cubrieron la misma cabeza en dos momentos distintos, pero próximos entre sí. Avinoam Danin asintió con este análisis, añadiendo que los granos de polen del pañolón coinciden con los de la sábana.
Hay quien incluso encuentra cierto parecido entre Leonardo da Vinci y la imagen del rostro de la sábana. Argumentan que Leonardo dominaba magistralmente la pintura y que era capaz de hacer imágenes como las de sudario, debido a sus conocimientos científicos, muy adelantados para su época.


Los principales defensores de esta teoría son Lillian Schwartz, una consultora gráfica de la School of Visual Arts en New York quien se hizo conocida en los años ochenta por haber identificado a la Mona Lisa como un autorretrato de Leonardo; la investigadora Lynn Picknett; el profesor en Historia del Arte Nicholas Allen, de la Nelson Mandela Metropolitan University en Sudáfrica, quien sostiene que la prueba de que el sudario fuese una fotografía de Da Vinci sería que se encontraran rastros de sulfato de plata en el sudario; y la profesora Larissa Tracy, de la Longwood University en Virginia. Todos ellos afirman que Leonardo tenía todos los conocimientos necesarios en anatomía y los materiales para fabricar una primitiva cámara oscura como para fabricar un sudario falso que reemplazaría a la falsa reliquia de mala calidad que estaba en posesión de la familia Saboya desde 1453.

Propiedades químicas de la muestra
En un estudio llevado a cabo por Anna Arnoldi (de la Universidad de Milán) y Raymond Rogers (miembro retirado del Laboratorio Nacional de Los Álamos de la Universidad de California) se lanzó otro argumento en contra de los resultados de los exámenes radiométricos.

Por medio de un análisis del espectro de fotografías ultravioletas determinaron que el área del sudario del que se extrajeron las muestras difiere químicamente del resto de la tela. Mencionan la presencia de tintes de raíz Madder y óxido de aluminio (un agente fijador) exclusivamente en dicha esquina, y concluyen que esa parte fue cosida a la sábana en algún momento de su historia. Estas reparaciones habrían sido hechas con materiales recientes, con mayor concentración de carbono que la tela original.

En un estudio del año 2000 basado en los rayos X, Joseph Marino y Sue Benford hallaron posibles marcas de un parche que recorre diagonalmente el área de la que se extrajeron las muestras. Por ello, concluyeron que las muestras examinadas por los tres laboratorios estaban contaminadas por ese intento de reparación. Más adelante comentan que los resultados de los laboratorios muestran un sesgo angular correspondiente a la costura: el primer muestreo en Arizona la fechó en 1238, el segundo en 1430, cayendo entre ellos los resultados de Oxford y Suiza. A esto conviene añadir que la desviación de los resultados de C-14 de los tres laboratorios se sale de los límites de la prueba χ² de Pearson, una discrepancia para la que se requieren explicaciones adicionales.

Los exámenes microquímicos del área también hallan rastros de vanilina, ausentes en el resto de la tela. La vanilina se origina por la descomposición térmica de la lignina, un polímero complejo integrante del algodón. Este producto suele encontrarse en materiales medievales, pero no en prendas más antiguas, ya que disminuye con el tiempo. Por ejemplo, no se halló vanilina en los envases de los Manuscritos del Mar Muerto.

Raymond Rogers, en un artículo del 20 de enero de 2005 de la revista contrastada por científicos Thermochimica Acta, ofrece una aparente prueba química de que la muestra cortada del Sudario en 1988 no era válida. En el mismo artículo, su resolución de la cinética de la pérdida de vanilina apunta a que el sudario tiene entre 1300 y 3000 años de antigüedad.

Probablemente sólo podrá zanjarse este aspecto de la controversia con más exámenes radiométricos, que actualmente la Santa Sede prohíbe por el sacrilegio que supone dañar la reliquia. Rogers sugiere en su artículo de 2005 que para la datación podría utilizarse el carbón de las piezas chamuscadas que se extrajeron en la restauración de 2002, si se lavaran con ácido nítrico concentrado.
Pero no podemos dejar de lado la teoría de que la imagen podría ser de Jacques de Molay, último gran Maestre de la Orden del Temple. Nacido en 1240, en Borgoña (Francia), y murió cruelmente ajusticiado por la hipócrita y fanáticamente mal interpretada fe, de la llamada "Santa Inquisición", en 1314.


En 1265 se unió a la orden de los Pobres Caballeros de Cristo, que más tarde serían conocidos como los Caballeros del Templo de Salomón.
vulgarmente conocidos como Caballeros Templarios u Orden del Temple.
En 1293, y tras la muerte de Thibaud Gaudin, se convierte en el 23º Gran Maestre de la orden.
Entre 1293 y 1405 organizó muchas expediciones para combatir las invasiones de los musulmanes en Tierra Santa. Era un gran defensor de la fe cristiana.
Pero se encontró con la envidia de la Santa Sede, cuyo Papa, Clemente V, fuertemente influenciado por el poderoso rey de Francia, Felipe IV "El Hermoso", ordenaron la detención del Gran Maestro del Temple, Jacques de Molay, bajo la acusación de sacrilegio por adoración a Baphonet (el diablo) y a la Santa Cruz.
En el fondo, lo que perseguía Felipe, era apoderarse de las riquezas de la Orden, debido al gran endeudamiendo del monarca. Se decía que los templarios poseían el Santo Grial y los tesoros del Templo del Rey Salomón.

Siete años de prisión hacen reflexionar al más pintado, o morir al más débil mental de los mortales.
La Santa Inquisición de aquella época era capaz de hacer culpable al mismo Jesucristo, por lo que después de varias y crueles torturas, acabó por reconocer que todas las acusaciones eran ciertas.
Presentaba señales de fatiga e incluso de depresión (y quien no). Pongámonos por un momento en su lugar, teniendo en cuenta que tenía 71 años.

Tras la Bula papal la Orden ha quedado suprimida en 1312 pero existen responsabilidades que el Rey desea sean depuradas. Todo está preparado para que en el gran juicio - el Pontífice nombra jueces a tres Cardenales de la Santa Iglesia - ante el pueblo de París, 13 altos responsables de la Orden reconozcan su culpabilidad y acepten la "perpétuelle prison". Todo está decidido de antemano. Los Cardenales dictan sentencia el 19 de marzo de 1314.
Jacques de Molay, subido a un podio en la esplanada delante de la iglesia de Notre Dame, escucha la sentencia que es la cadena perpétua. Se espera del Gran Maestre un silencio en señal de sumisión, aceptación de su culpabilidad y acatamiento de la sentencia.
Antes de morir se retractó de las culpas por las que había sido obligado a declarar bajo tortura, y maldijo a sus verdugos.

Fue quemado públicamente delante de la Catedral de Nôtre Dame de Paris.

« "Dios sabe quién se equivoca y ha pecado y la desgracia se abatirá pronto sobre aquellos que nos han condenado sin razón. Dios vengará nuestra muerte. Señor, sabed que, en verdad, todos aquellos que nos son contrarios, por nosotros van a sufrir."
"Clemente, y tú también Felipe, traidores a la palabra dada, ¡os emplazo a los dos ante el Tribunal de Dios!... A ti, Clemente, antes de cuarenta días, y a ti, Felipe, dentro de este año..."»

En el plazo de un año, dicha maldición supúsose que comenzaba a cumplirse, con la muerte de Felipe IV (según Maurice Druon, a causa de un accidente cerebrovascular durante una expedición de caza); de Clemente V; y finalmente de Guillermo de Nogaret (canciller del rey y responsable torturador) .


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