sábado, 15 de enero de 2011

JESÚS, INVENTO DE SAN PABLO?

FLAVIO JOSEFO

ANTIGÜEDADES JUDÍAS (Antiquitates Iudaicae), escritas hacia el año 93 d.c.

Josefo nacido en el año 37, de familia de sacerdotes fariseos como José (Yosef) hijo de Matías (este era su nombre judío), fue uno de los caudillos judíos en las guerras contra los romanos.



Hecho prisionero y trasladado a Roma, allí tuvo la suerte de caer en gracia a la familia Flavia, empezando a escribir sus obras. Cambió su nombre por Josefo (Josephus) y más tarde Flavio Josefo.

Nos dejó, además de las "Antigüedades Judías¨, "Las guerras de los judíos".

Es famosos porque en su obra, hay dos citas de la existencia de Jesús de Nazareth. Son las únicas citas que existen en todo el mundo conocido de su época, que hagan referencia a Jesús, y que no vengan de los cristianos. Se supone que Jesús, un personaje tan trascendental para la humanidad, y debido a la cantidad de seguidores que en muy pocos años generó, durante y después de su muerte, debería haber sido mencionado por los historiadores no cristianos. 

Pues no. No hay nada. Ningún historiador romano lo menciona. Para ellos Jesús, o no existió, o lo ignoraron.
Solo existen estas dos controvertidas citas de Flavio Josefo, que además, la primera que hace referencia a Jesús, (la segunda hace referencia a su hermano Santiago), ya ha causado bastante polémica.

Cita de la existencia real de Jesús.

El pasaje 18, 3, 3
El pasaje dice textualmente:

"Por este tiempo apareció Jesús, un hombre sabio [es que es correcto llamarlo hombre, ya que fue un hacedor de milagros impactantes, un maestro para los hombres que reciben la verdad con gozo], y atrajo hacia Él a muchos judíos [y a muchos gentiles además. Era el Cristo]. Y cuando Pilatos, frente a la denuncia de aquellos que son los principales entre nosotros, lo había condenado a la Cruz, aquellos que lo habían amado primero no le abandonaron
[ya que se les apareció vivo nuevamente al tercer día, habiendo predicho esto y otras tantas maravillas sobre Él los santos profetas]. La tribu de los cristianos, llamados así por Él, no ha cesado de crecer hasta este día".

El texto tiene numerosas posibles interpolaciones.
Si las eliminamos, el texto original quedaría así:

"POR ESTE TIEMPO APARECIÓ JESÚS, Y ATRAJO HACIA ÉL A MUCHOS JUDÍOS.Y CUANDO PILATOS, FRENTE A LA DENUNCIA DE AQUELLOS QUE SON LOS PRINCIPALES ENTRE NOSOTROS, LO HABÍA CONDENADO A LA CRUZ, AQUELLOS QUE LO HABÍAN AMADO PRIMERO NO LE 

ABANDONARON. LA TRIBU DE LOS CRISTIANOS, LLAMADOS ASÍ POR ÉL, NO HA DEJADO DE CRECER HASTA ESTE DÍA."

Acerca de su autenticidad, hay opiniones enfrentadas:

Primero, están aquellos que consideran al pasaje entero como falso. Las razones principales para esta visión parecen ser las siguientes:

Josefo no podría representar a Jesucristo como un simple moralista y por otra parte no podría enfatizar las profecías y expectativas mesiánicas sin ofender las susceptibilidades romanas.

El pasaje arriba mencionado de Josefo parece haber sido
desconocido por Orígenes y los primeros escritores patrísticos.

Un segundo grupo de críticos no consideran la totalidad del testimonio de Josefo concerniente a Cristo como falso, pero sostienen que existe una interpolación de las partes marcadas arriba entre paréntesis. 

Las razones asignadas para esta opinión pueden reducirse a las dos siguientes:

Josefo debe haber mencionado a Jesús, pero no puede haberlo reconocido como el Cristo; por lo tanto parte del actual texto josefiano debe de ser genuina y parte interpolada.
Igualmente, la misma conclusión se sigue del hecho de que Orígenes conocía un texto josefiano acerca de Jesús, pero no le era familiar el texto actual, ya que, de acuerdo con el gran doctor de Alejandría, Josefo no creía que Jesús fuese el Mesías. (In Matth., XIII, 55; Contra Cels, I, 47).

Esta hipótesis recibió una sólida confirmación en 1971, al
descubrirse la versión árabe de la Historia del Mundo del obispo Agapio de Hierápolis, que muy posiblemente ofrece el texto que más se acerca al original de Josefo, sin las interpolaciones cristianas posteriores.

Una tercera clase de estudiosos cree que el pasaje completo acerca de Jesús, como se encuentra hoy en día en Josefo, es genuino. Los argumentos principales de la autenticidad del pasaje de Josefo son los siguientes:

1º: Todos los códices o manuscritos del trabajo de Josefo contienen el texto en cuestión; para mantener la falsificación de este texto debemos suponer que todas las copias de Josefo estaban en manos de los cristianos, y fueron cambiados de la misma manera. (Que podría ser, porqué no).

2º: Es cierto que ni Tertuliano ni Justino utilizan el pasaje de Josefo acerca de Jesús; pero su silencio se debe probablemente al desprecio con el que los judíos contemporáneos consideraban a Josefo, y a la relativa poca autoridad que tenía entre los lectores romanos. Los escritores de la edad de Tertuliano y Justino podían apelar a testigos vivos de la tradición apostólica.

3º: Eusebio (Hist. Eccl., I, XI; cf. Dem. Ev., III, V) Sozomeno (Hist. Eccl., I, I), Nicéforo (Hist. Eccl., I, 39), Isidoro de Pelusium (Ep. IV, 225), San Jerónimo (catal.script. eccles. XIII), Ambrosio, Casiodoro, etc., recurren al testimonio de Josefo; no deben de haber existido dudas respecto a su autenticidad en el tiempo de estos ilustres escritores.

4º: El silencio completo de Josefo acerca de Jesús hubiese sido un testimonio aún más elocuente del que tenemos en el presente texto; este último no contiene ninguna afirmación que sea incompatible con su origen josefiano: el lector romano necesitaba la información de que Jesús era el Cristo o el fundador de la religión cristiana; las maravillosas obras de Jesús y su Resurrección de entre los muertos eran pregonadas incesantemente por los cristianos de forma tal que sin estos atributos el Jesús de Josefo no hubiera sido prácticamente reconocido como el fundador de la religión cristiana.

La segunda cita referente a Jesús la encontramos en el libro 20, capítulo 9.1

Se menciona indirectamente a Jesús al relatar la muerte de su hermano Jacobo o Santiago (contracción del latín Sanct’Iagus, esto es, san Jacobo):

"Ananías era un saduceo sin alma. Convocó astutamente al Sanedrín en el momento propicio. El procurador Festo había fallecido.
El sucesor, Albino, todavía no había tomado posesión. Hizo que el Sanedrín juzgase a Santiago, el hermano de Jesús, y a algunos otros.
Los acusó de haber transgredido la ley y los entregó para que fueran apedreados
".

Antigüedades judías, 20.9.1

Cada uno crea según su conciencia, pero es bastante extraño que no queden citas de Jesús de Nazareth en la historia, excepto estas ridículas menciones de Flavio Josefo, convertido ciudadano romano y odiado por sus propios compatriotas que lo llamaban traidor.. 
Los historiadores romanos solo nos hablan del movimiento cristiano, primero como un importante foco creciente de creencias peligrosas para el imperio romano, y más tarde como una religión reconocida por el propio imperio, después de siglos de persecuciones entrando a formar parte del poder político además del religioso.
Entre los primeros cristianos, era Pablo el alma de la Iglesia romana (primero enemigo del cristianismo, después cristiano converso,, que llegó formar parte de la lapidación de San Esteban, el primer mártir del primitivo movimiento cristiano).

(Textos extraídos en su mayoría gracias a  "Wikipedia")

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