En 1923, en el Valle de los Reyes, Egipto, fue descubierta la tumba del joven faraón Tutankamon, hijo de Akhenaton y Nefertiti, por el célebre arqueólogo y egiptólogo inglés Howard Carter.
La importancia de este descubrimiento radica en la tumba, que estaba intacta, y entre las más de 5000 pizas encontradas, además de su famoso féretro de oro que contenía su cadáver momificado, se encontraba una preciosa daga.
La empuñadura de oro tiene un acabado perfecto y la fina hoja de hierro de la daga tiene un afilado muy bien trabajado.
Es aquí donde se presenta la pregunta. En la época de Tutankamon, en el siglo XIV a.C. no se conocía la técnica de fusión del hierro. En Egipto, al menos, no se conoció hasta el siglo VI a.C.
La Edad del hierro es el último período de la Prehistoria y empieza en el 750 a.C. y acaba en el 100 a.C.
Tutankamon falleció en el 1325 a.C.
En 2020, un estudio realizado en el Instituto Nacional de Chiba, Japón, demuestra que la daga no fue fabricada en Egipto.
Según el análisis, el metal se calentó entre 800 y 1000 ºC lo que permite afirmar que la daga no se pudo fabricar en el Egipto de esa época.
Lo que si es cierto, por los análisis realizados, es que el metal de la daga es de origen extraterrestre, es decir, de un meteorito, porque además del hierro, contiene un 11% de níquel y un 0,6% de cobalto.
El equipo relaciona la daga como un regalo de un gobernante del antiguo reino de Mitanni (la actual Siria) que le hizo a Amenofis III, el abuelo de Tutankamon, según se describe en uno de los pasajes contenido en Las Cartas de Amarna, escritos en tablillas de arcilla.
Es otro de esos extraños objetos que da que pensar, ya que el material del que está hecho, no encaja con su época.
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