Fuentes del siglo XII, en el Manuscrito de la Historia de Brittonum, afirman que Scota era hija del faraón Akhenaton y de su esposa Nefertiti. La princesa se casó con Geytholos, un rey griego exiliado, y ambos huyeron de Egipto, portando la Piedra del Destino, junto a los nobles griegos y egipcios, atravesando el Mar Mediterráneo, pasando por las columnas de Hércules (así se conocía al estrecho de Gibraltar en la antigüedad) y llegando hasta Galicia, asentándose en un lugar llamado Brigantia, donde fundaron la ciudad conocida posteriormente por el nombre de A Coruña.
De allí marchan recorriendo las costas de Irlanda, asentándose más tarde en Escocia, llevando consigo la famosa Piedra del Destino, conocida también por la Piedra de Jacob.
Se dice que dicha piedra le sirvió a Jacob de almohada la noche que soñó que vio una escalera que unía el cielo con la Tierra.
La Piedra del Destino, Piedra de Scone o Piedra de la Coronación, según la leyenda, pertenecía a los israelitas que Moisés dirigió hacia la tierra prometida, pero fue tomada por los egipcios al ser abandonada, cuando atravesaron el Mar Rojo en su huida tras la persecución del ejército egipcio.
Se creía que la piedra era sagrada y tenía poderes. Para los egipcios era muy importante poseerla.
Por eso la princesa Scota, al marchar exiliada de Egipto, huyó con la piedra, acabando ésta en las tierras altas de la Gran Bretaña.
Todos los reyes escoceses fueron coronados sobre esta piedra.
En 1296, el rey Eduardo I de Inglaterra, saqueó la Abadía de Scone, llevándose consigo el símbolo sagrado de la coronación de los reyes de Escocia, la Piedra de Scone, instalándola en la Abadía de Westminster, para usarla en las posteriores coronaciones de los reyes ingleses.
La piedra fue colocada en una silla para ser utilizada en las coronaciones de todos los reyes, hasta la actualidad. Se le conoce
como la Silla de San Eduardo.
La piedra se conservó en la Abadía de Westminster durante más de seis siglos, En 1996, la piedra fue devuelta a Escocia. Está colocada en el Castillo de Edimburgo, junto a las Joyas de la Corona Escocesa.
En un valle conocido por Glen Foley, al sur de Irlanda, se encuentra la supuesta tumba de la reina Scota
La leyenda pues, es muy creíble por los irlandeses, escoceses e ingleses, tanto es así, que la tradición de la coronación de sus reyes se sigue haciendo sobre la Piedra del Destino.
No olvidemos que la mayoría de leyendas tienen un fondo de realidad y que la historia siempre la escriben los vencedores. Muchos mitos de leyenda son recuerdos del pasado.
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