Los Yanomami son una de las tribus más numerosa que ha logrado sobrevivir a lo largo de la historia a pesar de las distintas invasiones que han sufrido.
Las primeras invasiones fueron de los conquistadores españoles, y más tarde (1529 a 1546) los poderosos banqueros de la casa Wesler, alemana de Ulm, sur de Alemania, que se dedicaron básicamente a buscar El Dorado y a exportar esclavos. Ésto causó cierto malestar entre los españoles, en tiempos de Carlos I de España y V de Alemania, que debido a sus necesidades económicas por causa de las guerras que mantenía en Europa y necesitado de dinero, negoció con los Wesler, para obtener ingresos de esta familia, a cambio de otorgar el gobierno de Venezuela.
Se cometieron verdaderas atrocidades, que hoy día nos causan vergüenza, como la esclavitud, la explotación de los nativos hasta causar la muerte por agotamiento sin ningún cargo de conciencia. Pero estamos hablando de una época en que esto era una costumbre universal, que se realizada incluso entre los propios indígenas de América. Ya se que los europeos deberían haber sido más considerados por el hecho de ser cristianos, pero creo que los que se aventuraron a la conquista del nuevo continente recién descubierto, no eran precisamente los mejores seguidores de las doctrinas de Jesús, sino todo lo contrario.
Procedentes de Europa y enrolados en las naves rumbo a lo que ellos conocían como Las Indias, iban lo peor de cada ciudad, región y país. Incluidos los ambiciosos militares, a las órdenes de los no menos codiciosos gobernadores y regentes. Y no hablemos de la necesidad a toda costa de oro y plata para mantener sus guerras en Europa. Y estoy hablando de españoles, ingleses, alemanes, franceses, holandeses, italianos y portugueses.
Lo más vergonzoso es que ésto ocurre en nuestros días. Y no solo con los yanomami, sino en todo el mundo.
La última invasión que se recuerda es la de los buscadores de oro llamados garimpeiros, que en número aproximado de 40.000 invadieron el territorio yanomami, que como consecuencia acabó con la quinta parte de la población. Estamos hablando de finales de los 70 y década de los 80, del siglo XX.
Esta tribu se alimenta de la caza y de sus cosechas temporales, ya que cuando la tierra se agota, marchan en busca de nuevas tierras para seguir plantando sus cosechas. Por lo tanto, diríamos que son nómadas.
Se extienden sobre un territorio de casi 20 millones de hectáreas de selva repartidos entre Venezuela y Brasil.
"Organizaciones yanomami, como Horonami, llevan años denunciando abusos contra su pueblo por parte de los mineros. "Los 'garimpeiros' utilizan al indígena para explotar la mina y 'usan' a sus mujeres, lo que ha provocado enfrentamientos desiguales entre ambas partes", aseguran fuentes de Horonami.""El precio que pagan los aborígenes por el oro de sus tierras es cada vez más alto. Desde 2009, varias organizaciones informan a las autoridades venezolanas de la mayor presencia de mineros en la zona. El Gobierno no ha hecho nada, según las ONG, hasta que esto ha acabado en una matanza. El pasado mes de julio la comunidad de Irotatheri, ubicada en la cabecera del río Ocamo en el municipio de Alto Orinoco, fue arrasada presuntamente por 'garimpeiros'. Tres personas sobrevivieron; el resto de la comunidad, formada por aproximadamente 80 aborígenes, fue exterminada".
Fuente:
http://www.elmundo.es/america
Como vemos, este pueblo es un pueblo que solo quiere vivir tranquilo, lejos de la civilización, continuando con sus costumbres y rechazando cualquier contacto con otros pueblos. No lo necesitan.
Aunque yo creo que se les puede ayudar, aprendiendo a leer, a hablar español, a conocer el mundo exterior, y todo de forma cuidadosamente programada para no causar ningún trauma étnico. De hecho, todo ser humano gusta de aprender, pero por voluntad propia.
Les gusta vivir en viviendas ocupadas por varias familias, en grupos de 50 personas, y que se intercambian los productos de sus cosechas, las piezas de caza y acostumbran a relatar sus hazañas y contar sus historias alrededor de una fogata que encienden en el centro de la vivienda. Estas viviendas son generalmente alargadas, aunque algunas veces tienden a ser redondas.
Ellos son autosuficientes y felices a su manera. No nos necesitan. Pero si queremos ayudarlos, hay que enseñarles de manera amistosa que hay otra sociedad de bienestar a la que se puede llegar, pero que ellos jamás la podrán alcanzar a corto plazo. Es cuestión de tiempo.
Creo que ya hace muchos años que los europeos dejaron de mandar en estos países centroamericanos y sudamericanos y la pobreza y la miseria de los indígenas continua igual o peor. Y eso que tiene petróleo como Venezuela y México.
Y si no, vean Cuba. Hasta los edificios tan bonitos de la época colonial están en ruinas. O Marruecos, que si visitan Tánger, y ven los antiguos edificios donde vivían los españoles, no los conocerían. Están casi todos en ruinas. ¡Una lástima!
He puesto como ejemplo a los yanomami, pero hay cientos de naciones indígenas que están igual o peor que ellos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario